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Control de la humedad

Los sistemas de humidificación son útiles tanto en la conservación de materiales y alimentos como en la disminución enfermedades respiratorias

Humidificar, de hecho, consiste en un proceso muy simple: aportar al ambiente una determinada cantidad de vapor de agua que permitirá mantener cierta humedad relativa, la cual varía drásticamente al cambiar la temperatura del aire que ingresa al recinto.

Hay dos grandes familias de humidificadores y cada una tiene un efecto diferente en la temperatura del aire: con los humidificadores adiabáticos, el aire se enfría; con los humidificadores isotérmicos, la temperatura del aire permanece prácticamente constante.

Humidificación Isotérmica

Este tipo de humidificación se utiliza principalmente en espacios familiares y comerciales, y consta de dos elementos principales:

  • La unidad generadora de vapor
  • El dispositivo que distribuye el vapor en la corriente de aire

El vapor que suministra este sistema de humidificación se encuentra ya en un estado completamente gaseoso, lo que le permite mezclarse  con el aire sin ningún tipo de dificultad.

Estos sistemas de humidificación pueden ser de diferentes tipos, destacando entre ellos los eléctricos, a gas o los que funcionan mediante electrodos sumergidos.

Humidificación adiabática

En este proceso, a medida que la humedad aumenta, va disminuyendo la temperatura. Lo que sucede es que se vierte en el ambiente agua atomizada, y aunque se encuentre atomizada a nivel extremo, su estado sigue siendo líquido.

Con este sistema se crea un interfaz entre el agua líquida y el aire, y es aquí donde se convierte en una estrecha capa de vapor saturado. 

Este tipo de humidificación se suele utilizar en instalaciones donde hay suficiente calor sensible en el aire de retorno para que pueda ser utilizado para el proceso de evaporación.

Los humidificadores adiabáticos que más se suelen usar a día de hoy son los centrifugados, aunque también se usa bastante los atomizados con aire comprimido o con agua presurizada.

Sin embargo, antes de realizar una inversión, hay que tener en cuenta las necesidades y condiciones atmosféricas de cada espacio.  

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